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25.06.2025

Resiliencia y salud intestinal: una combinación estratégica para el ganado vacuno

Silvia Grossi y Carlo Angelo Sgoifo Rossi
Departamento de Medicina Veterinaria y Ciencias Animales (DIVAS), Universidad de Milán
 
Alimentar Aplicación Ciencia e investigación Desafíos Rumiantes Sangrovit

Aumentar la "resiliencia" o resistencia de los animales de granja será una estrategia clave para la ganadería del futuro. Este enfoque ya se ha puesto de manifiesto en los primeros documentos europeos que esbozan la Política Agrícola Común después de 2027. La atención se centrará en crear sistemas de producción con animales más resistentes que puedan soportar condiciones ambientales cada vez más críticas provocadas por el cambio climático, así como retos sanitarios.
 

Manejo del ganado vacuno a la llegada: una fase crítica para la función inmunitaria

La fase de llegada y adaptación representa un período particularmente vulnerable en el ganado vacuno convencional. Este sistema suele implicar la fase de engorde de animales de varios productores, que se mezclan y transportan a las granjas de engorde. Estos viajes suelen durar al menos medio día y, a veces, más de 24 horas, con una parada intermedia en el camino (Figura 1).
 

Figura 1. Resumen esquemático de las principales etapas durante la recolección, el transporte y la llegada del ganado vacuno a las granjas de engorde
   

 

Estos cambios causan un estrés significativo en los animales, lo que tiene un impacto significativo en múltiples funciones fisiológicas. Las hormonas del estrés, como el cortisol, desencadenan una cascada de respuestas fisiológicas, principalmente un estado proinflamatorio con la producción y liberación de citocinas y otros mediadores que perjudican la función inmunitaria. Esto da como resultado una resistencia comprometida, facilitando la acción de los patógenos precisamente cuando el riesgo de contaminación entre animales de diferentes orígenes es mayor.

Estas son las principales razones por las que la enfermedad respiratoria bovina (ERB) es un problema tan prevalente y perjudicial en el ganado recién llegado, que afecta negativamente la eficiencia de la producción y el uso de antimicrobianos. Los retrasos en el crecimiento causados por enfermedades respiratorias pueden reducir el aumento de peso diario promedio entre 150 y 200 g/día durante el período de engorde, alcanzando hasta 300 g/día en casos de enfermedades recurrentes (Sgoifo Rossi et al., 2013). La calidad de la canal también se ve comprometida, lo que lleva a un menor valor de mercado debido a la reducción del peso, peor conformación y la insuficiente cobertura de grasa. Los estudios científicos reportan pérdidas de peso en canal de aproximadamente el 5% por episodio de ERB (Gardner et al., 1999), con una reducción del 20 al 30% en la cobertura de grasa, alcanzando el 40% en los casos crónicos (Gardner et al., 1999).
 

Manejo del ganado vacuno a su llegada: un desafío para la salud gastrointestinal

Además de la función inmunitaria y los efectos sistémicos del estrés, también se deben tener en cuenta la salud ruminal y gastrointestinal. Estas funciones pueden verse significativamente afectadas durante esta fase, con consecuencias sistémicas que a menudo se subestiman.

Durante el transporte y las escalas en los centros de recolección, la ingesta de alimento y agua a menudo no es óptima o es completamente inexistente. A su llegada a la granja, los animales deben adaptarse a una dieta diferente, pasando de los pastos y la leche materna a los alimentos compuestos que a menudo están desequilibrados en términos de contenido de nutrientes, fermentabilidad y degradabilidad.

Estos cambios afectan la función ruminal e intestinal. El tracto gastrointestinal, cada vez más reconocido en los rumiantes por su papel en la eficiencia digestiva y la salud en general, sufre alteraciones de la microbiota y desequilibrios del pH en estas afecciones. Esto puede provocar acidosis, aumento de la permeabilidad intestinal y translocación de antígenos, toxinas y patógenos, lo que exacerba aún más el estado proinflamatorio (Eckel et al., 2016; Pinnell et al., 2022) (Figura 1). Además, la restricción alimenticia reduce significativamente la disponibilidad de micronutrientes esenciales, como los minerales, que son cruciales para la defensa inmunitaria y la respuesta al estrés oxidativo, empeorando así los efectos sistémicos.
 

Figura 2. El papel esencial del intestino en la salud y la eficiencia del ganado vacuno
  

Un enfoque múltiple para el manejo del ganado a la llegada

Por lo tanto, la llegada del ganado debe manejarse con mucho cuidado, reconociendo que algunos factores están fuera del control directo del productor y se derivan de las prácticas de manejo previas a la granja.

Las estrategias de manejo deben garantizar la protección total del animal, abarcando desde las condiciones de alojamiento (espacio, ventilación, higiene de la cama) hasta la profilaxis sanitaria y nutricional. La nutrición juega un papel clave, no solo en la formulación de un alimento equilibrado y adaptado a la fase de llegada, sino también en la incorporación de aditivos fitogénicos específicos. Esto puede ayudar a mitigar los efectos del estrés, mejorar la función inmunológica y restaurar rápidamente las condiciones digestivas normales.
 

El papel de Macleaya cordata: una herramienta multifuncional

Frente a estos desafíos, el uso de un aditivo fitogénico a base de alcaloides isoquinoleínicos (IQ), como la sanguinarina y la queleritrina, derivado de Macleaya cordata, ofrece una solución estratégica por sus propiedades que apoyan la salud inmunológica y gastrointestinal.

Varios estudios han demostrado que los alcaloides de isoquinolina (IQ) poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que pueden modular directamente la producción de hormonas del estrés (por ejemplo, corticosteroides) y mejorar la salud intestinal al mejorar la estructura e integridad de los tejidos al tiempo que reducen la inflamación.

 

Un estudio de campo

Sobre la base de estas premisas, se llevó a cabo un estudio para evaluar el efecto de un producto natural que contiene alcaloides isoquinolínicos (IQ), derivado de Macleaya cordata (Sangrovit® Feed x5, Phytobiotics GmbH – Eltville, Alemania), sobre el estado sanitario, crecimiento y eficiencia de 30 bovinos Aubrac franceses importados durante los 60 días posteriores a su llegada.

Se monitoreó el estado de salud de cada animal mediante una lista de chequeo (Tabla 1) y se midió la temperatura rectal. Los casos clínicos de ERB se registraron y trataron bajo guía veterinaria. Se midió el pH fecal, un indicador indirecto de la acidosis intestinal, al principio, a la mitad y al final del estudio para evaluar el posible efecto protector del aditivo sobre el epitelio intestinal.

El estudio se llevó a cabo en la Granja Experimental Docente del Departamento de Medicina Veterinaria y Ciencias Animales de la Universidad de Milán (Via dell'Università 6, Lodi).

A su llegada, los animales se dividieron en dos grupos:

  • Control (15 animales): dieta estándar + placebo de 30 g/animal/día (a base de salvado)
  • Tratamiento (15 animales): dieta estándar + 30 g/animal/día producto de prueba
Todos los datos fueron analizados estadísticamente.
 
Parámetros para el monitoreo
Capacidad de respuesta y estado general del animal
Secreción nasal (presencia/tipo)
Secreción ocular
Alteración de la respiración
Postura (cabeza, columna vertebral, cuello, hombros)
Sequedad del hocico
Sequedad de los márgenes de los labios

 

Tabla 1. Lista de verificación para evaluar el estado general de salud
   
 

Resultados del estudio: tendencias de la temperatura corporal

La temperatura corporal es un indicador clave del estrés y los riesgos para la salud: su elevación señala la aparición de un estado proinflamatorio y una posible enfermedad respiratoria. En este estudio, las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de Macleaya cordata ayudaron a mantener la temperatura corporal dentro de los límites normales, reduciendo los picos por encima del umbral crítico de 39,7 °C (Figura 3). El rango normal de temperatura rectal es de 38,7 a 39,3 °C, además de que este rango aumenta los riesgos para la salud y la productividad.

El ganado del grupo de tratamiento mostró temperaturas rectales significativamente más bajas en el transcurso del estudio (38,7 °C frente a 39,9 °C, P<0,0001), especialmente en los primeros 16 días, una ventana crítica para el estrés de adaptación (38,7 °C frente a 39,1 °C, P<0,0001). Estos animales también mostraron una mejor recuperación después de la vacunación (día 17), volviendo más rápidamente a las temperaturas normales (Figura 3).
 

Figura 3. Tendencias de la temperatura rectal en los primeros 60 días de engorde en ambos grupos de estudio
   
 

Reducción de la incidencia de enfermedades respiratorias

La incidencia de ERB fue significativamente menor en los animales tratados (Tabla 2), tanto en términos de morbilidad como de recurrencia, lo que confirma un sistema inmune más receptivo y eficiente.
 

Grupo Morbilidad (%) (n) Recurrencia (%) de los casos iniciales (n)
Control 53,3% (n=8) 37,5% (n=3)
Tratamiento 20.0% (n=3) 33,0% (n=1)
Valor de p < 0.05 0.08

Tabla 2. Tasas de morbilidad y recurrencia de BRD en los dos grupos de estudio
  

 

Mejora del rendimiento del crecimiento

La mejora del estado de salud durante la fase de adaptación, como lo demuestran los datos de temperatura corporal y BRD, se tradujo en un mejor rendimiento del crecimiento, particularmente durante los primeros 17 días después de la llegada (Tabla 3), un período ampliamente reconocido como el más crítico para la salud metabólica y la recuperación.

Este resultado se alinea con otros estudios que informan efectos positivos de los alcaloides de isoquinolina en la eficiencia de la fermentación ruminal, promoviendo vías de fermentación más efectivas (Khiaosa-ard et al., 2020).
 

  Días 0–17 Días 17–44 Días 44–60 Días 0–60
Control (g/día) 1.143 1.401 1.491 1.352
Tratamiento (g/día) 1.436 1.450 1.530 1.471
Valor de p 0.0184 N.S. N.S. N.S.

 

Tabla 3. Aumento de peso diario promedio (GPD) durante la prueba de 60 días
   

 

Conclusiones

La mejora de la salud y el crecimiento observada en el grupo tratado puede atribuirse a los alcaloides isoquinolínicos presentes en Macleaya cordata, cuyos efectos antioxidantes y antiinflamatorios se han confirmado en varias especies (Wang et al., 2021; Lee et al., 2015). Estos compuestos actúan tanto sistémicamente (reduciendo el estrés oxidativo y la inflamación al tiempo que apoyan la función inmunitaria) como localmente, manteniendo la integridad del epitelio intestinal bajo estrés (Chen et al., 2018, 2019).

Esto también fue evidente en el estudio actual, donde el pH fecal, un marcador indirecto de la estabilidad intestinal, fue significativamente más favorable en el grupo tratado al final de la fase de adaptación, a medida que aumentaban los niveles de energía de los alimentos (Figura 4).
 

Figura 4. pH fecal en la población de estudio
   

 

En resumen, el producto natural que contiene alcaloides de isoquinolina aumentó la resiliencia del ganado vacuno recién llegado durante el período crítico de adaptación, reduciendo los trastornos de salud y acelerando la recuperación fisiológica y digestiva. Este objetivo de larga data es ahora más crucial que nunca para abordar los desafíos que enfrenta el sector ganadero, incluida la sostenibilidad económica, la ética de la producción, el bienestar animal y la minimización del uso de agentes farmacéuticos.
 

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