Los animales jóvenes de crecimiento rápido son particularmente susceptibles de sufrir anemia aguda o subclínica porque sus reservas de hierro al nacer son muy bajas y la leche materna contiene muy poco hierro. Por ejemplo, los lechones necesitan aproximadamente 330 mg de hierro para crecer hasta los 5 kg, pero sus reservas corporales son solo de unos 50 mg y reciben aproximadamente 21 mg de hierro a través de la leche durante este período. Esto conduce a un déficit considerable de suministro y, por lo tanto, a anemia.
Los sistemas de tratamiento convencionales, como las inyecciones subcutáneas de hierro, están llegando cada vez más a sus límites. Por lo tanto, se necesitan urgentemente soluciones prácticas. Actualmente se están considerando fuentes de hierro altamente biodisponibles y bien toleradas, tanto para aplicaciones en forma líquida como en pasta.
Los estudios también demuestran que el manejo de las cerdas es útil. Por ejemplo, la suplementación de hierro con glicinato de hierro orgánico en cerdas de gestación tardía dio como resultado mejores reservas de hierro en los lechones en comparación con la suplementación con hierro inorgánico. Los lechones de cerdas que recibieron glicinato de hierro fueron más pesados y se desarrollaron mejor.
Las fuentes de hierro altamente biodisponibles como el plexomin® Fe 22 (glicinato de hierro), son beneficiosas para el desarrollo y el rendimiento óptimo de los animales.
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